En el marco del
mes de la infancia, es muy importante acercar la evidencia actual sobre los
tratamientos dietéticos que han sido estudiados como alternativa para controlar
o curar el autismo.
El trastorno del
espectro autista (TEA) es un trastorno del desarrollo neurológico de por vida
caracterizado por déficits sociales, deterioro de la comunicación verbal y no
verbal y movimientos repetitivos o intereses circunscritos. Aproximadamente
1 de cada 68 niños ha sido identificado con trastorno del espectro autista de
acuerdo con las estimaciones de la Red de Monitoreo de Discapacidades de
Desarrollo y Autismo (CDDA) de los CDC. El proceso actual para un diagnóstico
clínico incluye el establecimiento de una historia de desarrollo y evaluaciones
del habla, lenguaje, habilidades intelectuales y logros educativos o
vocacionales. En la práctica, estos métodos conducen a un diagnóstico a una
edad promedio de 4 años (West, y otros, 2014) .
En la web y en las
redes sociales existen gran cantidad de protocolos que incluyen modificaciones
en la dieta, desparasitaciones frecuentes, uso de enemas frecuentes, manejo de
quelantes, prohibición de la aplicación de vacunas, empleo de suplementos GABA,
omegas, L-carnitina, o curas mágicas como es el caso del MMS (dióxido de
cloro estabilizado) (aquí un enlace para quienes no lo conozcan: https://lacienciaysusdemonios.com/2013/07/23/el-suplemento-mineral-milagroso-mms-2-0/) y
el uso de cámaras hiperbáriacas; este tipo de procedimientos son defendidos por
sus creadores (como el falso Dr Kalcker quien ostenta el título de “Doctor of
Philosophy in Alternative Medicine and Natural biophysis”, obtenido en la Open
University of Advanced Sciences cuya sede se encuentra en Barcelona, donde
consta como un organismo privado cuyos títulos no tienen valor académico y,
además, se venden en unos 1.500 Eur. O como Kerri Rivera quien promueve el
método DAN! en su Clinica Autismo2 en Puerto Vallarta que funciona bajo la
licencia de un médico Alópata con especialidad en Medicina Hiperbárica ya que
ella tiene la flamante titulación de Homeópata por la escuela “Los Angeles
School of Homeophaty) y muchas veces
también soportados por cantidades importantes de padres que desde su esperanza
o ilusión por ver mejoras en sus hijos los practican, los recomiendan y los
defienden.
De acuerdo con estos grupos y protocolos el autismo es
definido de la siguiente manera: Niños que nacen sanos, pero con Parásitos +
Vacunas (toxicos); produce la debilitación del sistema inmunológico, lo que
permite la proliferación de los parásitos, sumado a los daños causados por
metales pesados (vacunas), lo que genera el Síndrome Autista. La conclusión, es
que estamos frente a niños que presentan una parasitosis, junto a una
intoxicación de metales pesados.
EL ANÁLISIS DEL PROTOCOLO DE “CURA” DEL AUTISMO
El tratamiento antiparasitario:
·
Tiene que arrancar en la luna llena (según sus teorías, los parásitos
tienen un ciclo lunar y bajan al intestino para reproducirse, por esto se debe
arrancar en Luna Llena, así se realiza el ataque justo cuando los parásitos migren
de órganos a su centro de reunión , el intestino).
·
Incluye Pamoato de
Pirantel (Trilombrin, Combadrin) que causará parálisis espástica.
·
Incluye
Mebendazol que evitará su alimento (glucosa) y se debilitarán.
·
Incluye
Tierra de Diatomea para que cuando los parásitos la ingieran esta se cristaliza
dentro provocando la destrucción de la membrana parasitaria sin darles tiempo a
detoxificar, además de deshidratar, asegurándonos su muerte
·
Incluye
aceite de ricino porque luego hay que sacarlos y esto ayuda.
·
y
el enema de MMS oxidará neurotóxicos parasitarios que evacuan al morir.
· Está
extremadamente prohibido el uso de probióticos ya que son alimentos de
Parásitos. Un cuerpo muy
contaminado NO APROVECHA los probióticos.
·
Este
protocolo se debe hacer todos los meses al menos por un año ininterrumpidamente o más en dependencia
de la aparición de parásitos; cabe señalar que el protocolo señala una
desparasitación por 21 días seguidos como se muestra a continuación:
Día 1: Pamoato
de Pirantel (dosis
única mañana) 10 mg/kg, administrados en una única toma junto con algún
líquido. Intente por favor comprar los comprimidos (¿quién crees que lo vende?),
ya que la solución contiene azúcar y otros aditivos no mencionados que podrían
ir en contra del protocolo. Las pastillas se pueden triturar y mezclar con agua para darse. Lepidium Latifolium “ rompe piedras” dos dosis una
en la mañana y otra por la tarde Aceite
de ricino 1 hora después del desayuno o inmediatamente después de que se
regresa de la escuela. Enema
por la mañana (Opcional) y por la tarde
(obligatoria)
· Día 2-4 :Mebendazol (dos dosis) 100 mg para
niños/ 200mg para adultos ( o la dosis
adecuada si son niños pequeños) cada doce horas. Una pastilla por la mañana y
una por la noche. Lepidium Latifolium “ rompe piedras” dos dosis una en la mañana y otra por la
tarde. Enema por la mañana
(Opcional) y por la tarde (obligatoria)
·
Día 5:Pamoato de Pirantel (dosis única mañana). Aceite de ricino. Lepidium Latifolium. Enema por la mañana (Opcional)
y por la tarde (obligatoria)
· Dia 6-11: Mebendazol . Lepidium Latifolium .Enema
por la mañana (Opcional)
· Día 12 al 21 (a partir del
día 12 se suspende mebenzadol y se integra el Neem) o sea: Lepidium Latifolium. Neem “Azadirachta Indica” . Aceite de ricino. Cada tercer día (uno sí otro no). Enema por la mañana (Opcional)
y por la tarde (obligatoria)
·
A partir del día 22 se deja
de usar lo anterior pero se continúa con las tomas regulares de Dióxido de
Cloro (mms), tomas de agua de mar, baños con mms, enemas de ser necesario y
probióticos (si ya estamos en un ATEC de 20 o menos ) y los suplementos que
estén indicados en el particular caso de nuestro niño (adolescente o adulto)
Sobre la relación
entre la parasitosis y la aparición del autismo ¿qué dice la evidencia?
Las infecciones
humanas con organismos patógenos transmitidos por los alimentos están
relativamente bien descritas en términos de sus síntomas físicos evidentes,
tales como diarrea, calambres abdominales, vómitos, fiebre y secuelas
asociadas. De hecho, algunos de ellos son fundamentales para el diagnóstico y
el tratamiento, aunque debe señalarse que, para algunos patógenos transmitidos
por los alimentos, los síntomas físicos pueden ser más difusos, en particular
los asociados con algunos de los parásitos transmitidos por los alimentos. Por
el contrario, el impacto de estos patógenos en la salud mental está menos bien
descrito, y los síntomas como la depresión, la ansiedad y el malestar general
se ignoran generalmente cuando se registran infecciones transmitidas por
alimentos. A pesar de esto, se acepta generalmente que existen varios
trastornos psiquiátricos de etiología desconocida que pueden estar asociados
con patógenos microbianos. La depresión, el autismo, la hipocondría y la
ansiedad, la esquizofrenia y el síndrome de Tourette probablemente tienen
múltiples causas contribuyentes, entre las cuales los patógenos transmitidos
por los alimentos pueden desempeñar un papel decisivo o contributivo,
posiblemente compartiendo vías fisiopatológicas con otros desencadenantes
ambientales. Algunos parásitos transmitidos por los alimentos, como los
metacestodos de Taenia solium y los quistes tisulares (bradyzoites) de
Toxoplasma gondii, pueden afectar la salud mental al infectar directamente al
cerebro. Por el contrario, las infecciones bacterianas y otras infecciones
parasitarias pueden contribuir a la enfermedad mental a través del sistema
inmunológico y / o influir en las vías de neurotransmisión. Así, citocinas, por
ejemplo, se han asociado con depresión y esquizofrenia. Sin embargo, los
modelos de enfermedades infecciosas para la psiquiatría requieren una
comprensión más completa de la relación entre los trastornos psiquiátricos y
desencadenantes microbianos (Bolton & Robertson, 2016) .
Tiene su punto el
control parasitario, ahora sobre el tema de que debe ser en Luna llena, y que
se tiene que realizar la desparasitación una vez al mes durante un año y de
acuerdo con el procedimiento descrito no hay evidencia (más que la de los
creadores), que curiosamente son quienes comercializan el MMS y algunos de los
demás compuestos.
Hay varias páginas en
Facebook que están en contra de éstas prácticas, y que sostienen que KErri
Rivera y Andreas Kelkcer dan a creer a los padres que el autismo se
causa por "parásitos" que no existen, especialmente el ficticio
"Ropeworm" (gusano de cuerda). Cuando parece que los niños excretan
estos "Ropeworms" en realidad están perdiendo el revestimiento del
intestino debido a enemas de lejía constantes y lavados intestinales de hasta
500/1000 ml de agua varias veces al día. Los niños se ponen muy enfermos, con
vómitos, diarrea, fiebre, erupciones, niveles bajos de sodio, y en algunos
casos convulsiones. A los padres se les dice que tienen que
"celebrar" la fiebre y otros efectos secundarios, ya que es todo
desintoxicación e indica que el autismo abandona el cuerpo (aquí la página https://www.facebook.com/StopKerriRiveraCDAutism/posts/725144894284973).
SOBRE LA DIETA (O PROTOCOLO BIOMEDICO DEL AUTISMO DE
KELCKER Y RIVERA)
Sugieren una dieta:
Sin lácteos: lacaseina,
se absorbe como un péptido y en el cerebro actúa como derivado morfínico. lo
que su consumo afecta a la mucosa y sobreactiva el sistema inmunitario. Al ser
un azúcar (lactosa) favorece el desarrollo de hongos y el mantenimiento de
parásitos.
Sin gluten: El gluten,
al igual que sucede con la caseina, se absorbe como péptido y en el cerebro
actúa como un derivado morfínico. Esta es la causa de la enorme adicción que
tienen los niños a los derivados del trigo.
sin azúcares.
Sin soja.
sin productos
altos en oxalatos, edulcorantes artificiales están prohibidos. Los aspartamos
son especialmente negativos. Son excitotoxinas y pueden producir muerte
neuronal.
¿QUÉ DICE LA
CIENCIA SOBRE LA DIETA COMO CURA DEL AUTISMO?
Sobre la
relación de la dieta y el autismo hay muchos estudios, revisiones y
metaanálisis, un ligero análisis:
Dieta
Gluten-Free/Casein-Free
Esta dieta elimina los alimentos y bebidas que contienen
gluten (una proteína que se encuentra en el trigo, la cebada y el centeno) y la
caseína (una proteína que se encuentra en la leche y los productos lácteos). La
dieta se desarrolló para abordar la hipótesis de que los niños con TEA tienen
problemas para descomponer estas proteínas y absorber péptidos relacionados con
estos compuestos como resultado de un intestino con fugas o permeable, lo que
conduce a malestar físico y síntomas conductuales. Se creía que el intestino
permeable permitía la entrada de péptidos basados en gluten y caseína en el
sistema circulatorio y luego en el sistema nervioso central, donde se
hipotetizó que se unirían a los receptores opioides. Los proponentes de la
dieta proponen que el cambio resultante en la química cerebral interfiere con
el desarrollo neural, el funcionamiento cognitivo, la atención y el aprendizaje
en niños con TEA (Hyman, y otros, 2016) .
Muchos niños con TEA son comedores selectivos, rechazando
todos menos un puñado de alimentos o restringiéndose a alimentos que tienen una
textura particular (por ejemplo, crujiente) o color (por ejemplo, blanco). La
eliminación de gluten y caseína de las ya limitadas dietas de los niños podría
tener un impacto sustancial en su nutrición (Hyman, y otros, 2016) .
Sin embargo, sabemos que no existen alimentos imprescindibles,
pero quien ha tenido que lidiar con una situación así sabe que la introducción
de nuevos alimentos es un reto muy complicado y eliminar aquellos que forman
parte de su rutina genera crisis importantes; todo se puede intentar y como en
cualquier otro caso si se considera importante esta práctica se debe de ser
persistente.
En general, los estudios existentes arrojan pruebas no
concluyentes sobre la seguridad y la eficacia de la dieta, los datos de la literatura en este campo
son muy limitados tanto en cantidad como en calidad. Algunos estudios tienen problemas de diseño que comprometen
los resultados:
· *Si el estudio se lleva
a cabo a largo plazo por ejemplo 30 semanas, es de esperarse que los niños reciban
escolarización y terapia conductual, si no es tomada en cuenta la terapia
conductual se estaría minimizando la influencia potencia de los cambios en los
tratamientos, es decir: es de esperarse si, o si que en un periodo de 30
semanas un niño de 4 años presente avances o evolución con o sin dieta ya que
al igual que cualquier otro niño de 4 años tenderá a crecer y madurar (a
diferente escala desde luego), si en 30
semanas no hay cambios “apaga y vámonos” estariamos hablando de que ninguna de
las estrategias implementadas están funcionando y es necesario buscar otras
opciones.
· * El monitoreo
nutricional, es muy importante saber que los padres han comprendido
perfectamente el tipo de dieta que se está estudiando, y no solo eso, sino que
es necesario garantizar que el niño acepte la dieta y haya apego al
tratamiento.
· * Para evaluar la efectividad y la seguridad de la dieta de eliminación de glúten
sin caseína, se deben considerar tanto las variables de comportamiento
(comunicación verbal y no verbal, estereotipia y comportamiento disruptivo)
como biomédicas (por ejemplo, péptidos urinarios, gliadina y anticuerpos
endomisiales)
· * Valoraciones
subjetivas, muchos estudios se basan en la percepción de los padres sobre la
evolución de los hijos a base de cuenstionarios, lo que se presta a carencia de
objetividad motivada por las esperanzas de los padres en busca de una cura, lo que significa riesgo de sesgo en los
datos sobre las variables de comportamiento atribuibles a los recuerdos de los
padres y otros cuidadores que se distorsionan con el tiempo y que su percepción
de los cambios en el comportamiento de los participantes pueden ser
influenciados subjetivamente por el hecho de ser incluidos en los ensayos no
cegados.
* La falta de un grupo control y / o definiciones claras de los criterios de
inclusión, tamaños de muestra muy pequeños o análisis se basado en individuos
aislados o información anecdótica que resultan poco
significativas.
· * Es necesario el cotejo
con biomarcadores que ya estén validados como predictores de diagnóstico, de exposición, de efecto o susceptibilidad.
En cuanto a biomarcadores para el diagnóstico del autismo, en la actualidad
se han descrito imágenes de Resonancia Magnética con el que diseñaron un mapa de
los circuitos cerebrales que están alterados en el trastorno del espectro
autista (TEA), así como algunos metabolitos (María-Bauset, Zazpe, Mari-Sanzhis, Llopis-González,
& Morales-Suárez, 2014) .
En cuanto a los beneficios de la dieta hay varios estudios que arrojan
resultados positivos, sin embargo como ya se señaló éstos no pueden representar
una sólida evidencia, es preciso recordar que hoy en día no existe ningún tratamiento
científico que cure el autismo, así que es muy importante no crear falsas
esperanzas en las familias; de acuerdo con la revisión de Chrocrane del
2008 la investigación ha revelado tasas altas de uso de medicinas
complementarias y alternativas (MCA) para los niños con autismo, incluidas las
dietas libres de gluten y caseína. Las pruebas actuales para la eficacia de
estas dietas son deficientes. Por este motivo, se necesitan ensayos controlados
aleatorios de buena calidad a gran escala (Millward, Ferriter, Calver, & Connell-Jones, 2008) .
Es también claro que
el eliminar gluten y caseína también limita el consumo de alimentos
ultraprocesados (galletas, bollería, helados, yogures azucarados, frituras,
etc.) así que sería de esperarse que al mejorar la dieta en general el estado
de salud mejore como en cualquier otra patología. Con lo que la recomendación sería que si los
padres desean implementar ese tipo de dieta lo hagan ya que resulta inocua y
aunque la evidencia no es sólida podría generar algún tipo de mejoras.
Por otro lado se
han identificado diversos metabolitos que podrían servir de biomarcadores como:
ácido cítrico (disminuido) y ácido
succínico (aumentado), elevaciones en succinato urinario y citrato urinario
disminuido, creatinina disminuida, niveles de aspartato y glutamato en la
sangre significativamente elevados (West, y otros, 2014) , antiguerpos anti-gliadina
(Lau, y otros, 2013) por mencionar
algunos, sin embargo todos los días se publican artículos sobre el
descubrimiento de nuevos biomarcadores y no todos tienen ni validación ni
utilidad clínica.
LA RELACIÓN
POTENCIAL DEL MICROBIOMA INTESTINAL CON EL TEA
Una posible conexión entre el microbioma intestinal y el TEA también está recibiendouna atención considerable. Estudios metabólicos de la orina de individuos con TEA han identificado moléculas asociadas con el microbioma como la dimetilamina, ácido hipúrico y fenilacetilglutamina. Se ha observado disminución de los niveles plasmáticos de p-hidroxifenilactato, un metabolito asociado con bifidobacterias y lactobacilos que se sabe que actúa como un antioxidante tanto en la circulación y los tejidos (West, y otros, 2014). Así mismo se ha demostrado que casi todas las Sutterellaceae (Parasutterella genus) y Enterobacteriaceae (por ejemplo, Proteus, Shigella) se encontran en niveles más altos en muestras fecales de niños con TEA y el contenido de especies de Bifidobacterium disminuido (las especies de Bifidobacteriumtienen una influencia específica sobre la inmunidad) (Angelis, y otros, 2013).
¿QUÉ HAY DE LAS
VACUNAS?
El debate sobre si los trastornos del espectro del autismo
son causados por las vacunas comenzó cuando el investigador Andrew Wakefield
publicó un estudio en 1998, que ya fue retirado, en The
Lancet, el cual vinculaba a la vacuna MMR con el autismo. En 2010, Wakefield perdió su licencia
médica. Y en 2011, The Lancet retiró el estudio luego que una
investigación determinara que Wakefield había alterado o falsificado
información sobre los 12 niños que fueron la base para la conclusión de su
estudio (aquí más información: http://www.elmundo.es/elmundosalud/2011/01/12/noticias/1294819509.html)
Trabajos
citados
Angelis,
M., Piccolo, M., Vannini, L., Siragusa, S., Giacomo, A., Serrazzanetti, D.,
& Guerzoni, M. (2013). Fecal Microbiota and Metabolome of Children with
Autism and Pervasive Developmental Disorder Not Otherwise Specified. PloS
One.
Bolton, D., & Robertson,
L. (2016). Mental Health Disorders Associated with Foodborne Pathogens. Journal
of Food Protection.
Hyman, S., Stewart,
P., Foley, J., Cain, U., Peck, R., Morris, D., . . . Smith, T. (2016). The
Gluten-Free/Casein-Free Diet: A Double-Blind Challenge Trial in Children with
Autism. Journal of Autism and Developmental Disorders.
Lau, N., Green, P.,
Taylor, A., Hellberg, D., Ajamian, M., Tan, C., . . . Aleadini, A. (2013).
Markers of Celiac Disease and Gluten Sensitivity in Children with Autism. PloS
One.
María-Bauset, S.,
Zazpe, I., Mari-Sanzhis, A., Llopis-González, A., & Morales-Suárez, M.
(2014). Evidence of the Gluten-Free and Casein-Free Diet in Autism Spectrum
Disorders: A Systematic Review. Journal of Child Neurology, 1718-1727.
Millward, C., Ferriter,
M., Calver, S., & Connell-Jones, G. (2008). Dietas libres de gluten y
caseína para el trastorno del espectro autista. Cochrane Database of
Systemic Reviews.
West, P., Amaral, D.,
Bais, P., Smith, A., Egnash, L., Ross, M., . . . Burrier, R. (2014).
Metabolomics as a Tool for Discovery of Biomarkers of Autism Spectrum Disorder
in the Blood Plasma of Children. PLoS One.
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