Nutripobre: ¿De qué manera afectan nuestras emociones en la
elección de los alimentos?
Alan: Tenemos que ser muy claros que la relación
emoción-alimentación existe, no está documentada de una forma contundente, así
como tampoco hay procesos fisiológicos, metabólicos, entre otros que estén
identificados de manera contundente en la alimentación pero si se sabe de la
existencia de esta relación que cada día está más estudiada, ahora bien todo
apunta a que “no es la emoción misma la que determina qué, cuánto, cuando,
donde y como comer si no el manejo de esta emoción, es decir, como la
afrontamos la que determina el proceso”.
N: Existe la creencia de que el consumo de alimento con alto
contenido en triptófano pueden ser benéficos en estados depresivos o en
comportamientos obsesivos ¿qué tanto hay de cierto en ello?
A: el triptófano es un aminoácido más, que claramente al
parecer está implicado en una serie de procesos done podemos encontrar
implicados a la serotonina y melatonina por ejemplo, ambas hormonas
involucradas en procesos de relajación sin embargo la depresión que también
tiene un montón de donde “rascarle” para entenderla, no es producto de un
déficit de triptófano, entendámoslo fácil pensemos que perdemos el trabajo y ni
la dosis más fuerte de triptófano del alimento que sea o suplemento hará que la
depresión se vaya y vuelva a la calma a ti…. Si no sabes lo que es perder un
trabajo piensa que pierdes a tu pareja, pasaría lo mismo y mucho menos cuando
pensamos que un alimento con triptófano
hará que tu sueño llegue de forma súbita, repentina y pronta cual narcoléptico,
no se absorbe tan rápido como para mostrar ese efecto.
N: ¿Hay evidencia sólida de que ciertos alimentos aumenten
la ansiedad, que generen hiperactividad o que influyan en nuestras emociones?
A: Si queremos una respuesta rápida sería, no, no hay
evidencia de que un alimento aumente la ansiedad de hecho la relación en teoría
es inversa, más bien la ansiedad haría que aumente el consumo de algunos
alimentos y en este sentido la evidencia es algo confusa puesto que la
respuesta a la ansiedad es individual, pues que de forma empírica, las
emociones negativas inducirían a la supresión del hambre y apetito (esto desde
un enfoque “natural”), existen personas que ante un estímulo aversivo suprimen
de muchas maneras el apetito, sin embargo existen otras que hacen que su
apetito aumente, esto lo podemos responder con las 3 hipótesis más conocidas:
la hipótesis del control psicosomático, la hipótesis de la sitracción y la
hipótesis del o enmascaramiento” que hacen que la respuesta de la
sobrealimentación sea ansiolítica. Recordemos que la mente trabaja en gran
parte por asociación libre así que puede asociar fácilmente la experimentación
de una emoción con un alimento.
N: Muchos afirman que la mente es muy poderosa y que es
capaz de afectar las funciones de nuestro cuerpo y que si “comes con culpa
engordas” o que si “comes con asco enfermas” ¿qué tanto hay de cierto en ese
tipo de afirmaciones?
A: Llamar a la mente como algo “muy poderoso” me parece de
pronto poderosamente místico, claro que la mente tiene uno de los papeles más
importantes en nuestro cuerpo y mientras más la entendamos y estudiemos,
ayudaremos a esclarecer estas situaciones pero el llamarle poderosa hace que
aparezcan a escena muchos personajes con teorías, cursos, talleres y cuanta
cosa les vienen en mente que tenga los prefijos de neuro, psico, mind y demás
que creo que ha hecho más daño que beneficio, comer con asco, es eso, una
emoción, un aprendizaje y una sensación que si limita o interviene en tu vida,
tu alimentación y salud pero de ahí a adjudicarle la unicausalidad de: “si
comes con aso enfermas”, es igual de asqueroso… tira de lo mismo que pensar que
comer con culpa hará que la lipogénesis de novo se active de forma automática
generando hipertrofia e hiperplasia de los adipositos. No, no funciona así, si
tienen que ver en nuestra salud y procesos, pero no podemos soltar afirmaciones
de ese tipo.
N: ¿Subestimamos como nutriólogos el estado anímico de los
pacientes en la adherencia y en los resultados del tratamiento nutricional?
A: No creo que el nutriólogo subestime el papel del estado
anímico de los pacientes en sus resultados, más bien en ocasiones creo que no
le pasa ni por la mente, como al médico, al fisio y otras profesiones
relacionadas con la salud y también llegamos a encontrar a nutriólogos que
saben que hay un factor psicológico inmiscuido en esto y es cuando deciden
estudiar coaching pnl o algo parecido, el problema es la calidad de estos
cursos, no todos son buenos, te los topas por ahí hablando de aprendizaje sin
saber que es aprendizaje o se aprenden una palabra como “competencias” y te la
recitan pero ni idea de cómo funciona eso, solo repiten lo que les “enseñaron”
en el curso.
N: En relación a los cursos estos que podemos tomar sobre conductas, pln, o coaching ¿Estamos capacitados los nutriólogos para modificar una
conducta alimentaria que tiene que ver con el placer en la que entra en juego
el sistema de recompensa?
A: No, definitivo no estamos capacitados y no sé si realmente
tengamos que estar capacitados al 100, el papel del psicólogo es fundamental en
esto, hay que darle su lugar y derivar al paciente con ellos cuando amerite,
otra cosa diferente es el conocimiento de esta o estas situaciones.
N: Sobre el ayuno o desayuno, hay quienes afirman
que: “si una persona omite el desayuno, la sección del cerebro que se relaciona
con el placer, se activa a través de imágenes de alimentos con alto contenido
calórico, además de incrementar la ingesta de alimentos a la hora de almorzar,
si no se desayuna lo suficiente se tiende a comer de más a la hora de la
comida”; no son palabras mías, pero me gustaría conocer tu opinión al respecto.
A: afirmar en nutrición es peligroso, tan peligroso como
decir que todos los que ayunan activan el núcleo accumebns y hay una descarga
dopaminérgica que llevaría al placer para comer algo, puede que existan
personas así y puede que existan personas que no, más bien para que esto suceda
se deben de dar una serie de situaciones y desencadenar procesos a la par pero
volvemos al punto la experimentación de placer no sería causalidad del ayuno.
N: ¿Cuáles serían las estrategias o modelos de tratamiento
al paciente con obesidad desde el punto de vista psicológico que mejores
beneficios aporta?
A: Esta respuesta en definitiva la tocaría responderla a un
psicólogo, es su área, su rama, su especialización y su profesión, podemos
tener todas las herramientas, conocimientos (sin título) y cartas para manejar
a un paciente de manera psicológica pero definitivo debemos darle su lugar a
quien le toca nos guste o no, conozco los modelos, me gusta estudiarlos pero no
quisiera caer en promover tratamientos o esquemas de abordaje del tema, algunos
le llaman intrusismo que tampoco me gusta el término, yo mas bien le llamaría,
respeto a la profesión del otro.
N: Entonces el tratamiento de la obesidad ¿crees que el tándem perfecto es psicología- nutrición? O ¿qué más añadirías en la ecuación?
A: agregaría el termino social, económico, histórico, cultural, genético, geográfico, neurobiológico y un par de ramas más… tampoco todo tira de la mente y los nutrientes, hay más cosas metidas en esto.
N: Es importante que el nutriólogo tenga una estrecha
relación con otros profesionales para el tratamiento integral de diversas
patologías, en particular del psicólogo ¿qué tipo de padecimientos crees que se
deben manejar en conjunto?
A: Respuesta corta, todos. Todos tenemos temas mentales que
mejorar y no es malo mas bien necesario. En todo tema de salud, esta inmiscuida
la psicología, recordemos que nuestra salud es biopsicosocial.
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